1. SOBRE EL FOTOGRAFO
(BREVE BIOGRAFIA)
Había una vez un
chiquillo a quien en el colegio le gustaba mucho el fútbol, y no
veía la hora de que comenzara el recreo para jugar el partido
del día. Era Héctor Zapatero, y tenía 12 añitos. Un buen día de
verano ―era fines de los años 70― Héctor fue a la casa de su tía
a pasar el día en la piscina, y mientras jugaba al fondo del
jardín, abrió la puerta de un closet y se encontró ahí delante
una tabla hawaiiana. Héctor salió corriendo y fue adonde su
primo, para preguntarle:
― "¿Esa tabla que
está allá abandonada en un closet al fondo del jardín, es
tuya?... Me la prestas para meterla a la piscina?"
― "Esa tabla no es
mía", le respondió su primo, "Es tuya. Se la regalaron a tu papá
para ti, pero él la trajo acá. Primero habló con mi mamá, y
luego la metieron en ese closet".
Ese día la vida de
Héctor cambió, y desde entonces dedicó todo su tiempo libre a
las tablas hawaiianas y las olas.
A principios de los
años 80 Héctor comenzó a fabricar tablas, aunque debido a su
joven edad, su actividad estaba dirigida principalmente a sus
amigos del barrio de San Antonio, sin llegar a hacerlo de manera
profesional; al menos no aquí en el Perú. En la segunda mitad de
esa década, Héctor pasó poco menos de un año trabajando en una
fábrica de tablas en Newquay (Inglaterra) y un par de años
fabricando tablas en Cádiz y Tarifa (España).
Al final de los años
80 Héctor regresó al Perú, y fue entonces cuando comenzó a
trabajar en lo que se convertiría en su segunda pasión: las
traducciones (actualmente él es traductor de Inglés, Italiano y
Español). Pero de pronto se fue de nuevo a Europa; esta vez a
Italia, adonde parecía que se iba a quedar para siempre. Allá al
comienzo estuvo corriendo tabla, pero dejó de hacerlo porque,
según sus propias palabras, "por lo general no había buenas
olas, así que el viaje desde Milán hasta el mar no valía la
pena". Sin embargo, sí llegó a fabricar algunas tablas e incluso
inventó la "T-Board Surf & Swim", la cual patentó en siete
países.
― "¿Y qué pasó con
la T-Board Surf & Swim, no te hiciste millonario vendiéndola?",
le pregunté mientras realizábamos la entrevista que me ha
permitido escribir esta biografía. Sonrió con ironía, y me
contestó:
― "Por sus formas
complejas (…) la fabricación de la T-Board a nivel industrial
requería la producción de un molde para plástico semi-automático
que costaba más de lo que yo podía o estaba dispuesto a
invertir. Hicimos algunas pruebas con métodos de producción
alternativos, pero ahí no más quedó la cosa... Pero todavía
tengo un par de T-Boards, y las uso de vez en cuando para hacer
bodysurfing".
Finalmente, a
mediados de 2016 Héctor decidió volver a Perú. Habían pasado
veinticuatro años desde que partió hacia Italia.
― "¿Y cómo así
decidiste regresar?", le pregunté.
Héctor se quedó
pensativo por un momento, como buscando una respuesta que fuera
precisa sin ser detallada; hasta que de pronto me miró fijamente
y me dijo:
― "Siempre supe que
iba a volver al mar".
― Entrevista y Biografía por
Alejandra Hermoza D.
Héctor practicando
el Bodysurfing con la "T-Board Surf & Swim"
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